Desde este nuevo espacio que intento abrir hoy, tengo la esperanza de que se pueda llegar a los sentimientos y emociones de aquellos que tengan la oportunidad de leer este pequeño periódico. Aún no he vivido suficientes años, pero creo que la situación de emergencia en la que tanto nuestro país como el resto de los países del mundo se ve inmersa es una de las mayores de la historia. Este régimen imperialista que se fagocita a la gente que desde el anonimato trabaja por defender la dignidad de los hombres, que sin recursos se mata por ayudar a todos aquellos que este sistema aniquila física y espiritualmente. Hoy la represión tiene como nombre las palabras HAMBRE, POBREZA, DROGA, INDIGNIDAD, CONTAMINACIÓN. La esclavitud en nuestro país se abolió hace casi doscientos años pero ahora está entre nosotros más fuerte que nunca porque está disfrazada de DEMOCRACIA, de ELECCIONES, de JUSTICIA, de CRECIMIENTO INDUSTRIAL. Es el imperialismo que nunca dejó de existir el que, sin mostrar las verdaderas caras de los responsables, nos impone presidentes, leyes, y pautas a seguir.
Y está en nosotros la responsabilidad ahora, en nosotros estudiantes, obreros, profesionales. La responsabilidad de no dejarnos pisotear, de no dejar que nuestros derechos se vean arrastrados y escupidos por el suelo. Es nuestra responsabilidad el exigir que se cumpla cada derecho que, en teoría, por su sola enumeración en la Constitución debería de sernos garantizados. Pero la práctica nos dice que el poderoso tiene que ganar, que la justicia le será denegada a cualquier ciudadano común, que las leyes son palabras que se las lleva el viento.
Por eso quiero llamar a todos los que nos encontramos en desacuerdo con este régimen a empezar a actuar, a intercambiar opiniones, a poner de manifiesto aquellos actos de injusticia que los medios nos ocultan, a tomar conciencia juntos, porque es, uniéndonos la única manera de poder empezar a cambiar algo. Hasta la victoria siempre… Un abrazo de corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario